Aparece en la puerta una VECINA vestida de color oscuro, con pañuelo a la cabeza). Pasa.
VECINA
¿Cómo estás?
MADRE
Ya ves.
VECINA
Yo bajé a la tienda y vine a verte. ¡Vivimos tan lejos!
MADRE
Hace veinte años que no he subido a lo alto de la calle.
VECINA
Tú estás bien.
MADRE
¿Lo crees?
VECINA
Las cosas pasan. Hace dos días trajeron al hijo de mi vecina con los brazos cortados por la máquina. (Se sienta).
MADRE
¿A Rafael?
VECINA
Sí. Y allí lo tienes. Muchas veces pienso que tu hijo y el mío están mejor donde están, dormidos, descansando, que no expuestos a quedarse inútiles.
MADRE
Calla. Todo eso son invenciones, pero no consuelos.
VECINA
¡Ay!
MADRE
¡Ay! (Pausa).
VECINA (Triste).
¿Y tu hijo?
MADRE
Salió.
VECINA
¡Al fin compró la viña!
MADRE
Tuvo suerte.
VECINA
Ahora se casará.
MADRE (Como despertando y acercando su silla a la silla de la VECINA).
Oye.
VECINA (En plan confidencial).
Dime.
MADRE
¿Tú conoces a la NOVIA de mi hijo?
VECINA
¡Buena muchacha!
MADRE
Sí, pero...
VECINA
Pero quien la conozca a fondo no hay nadie. Vive sola con su PADRE allí, tan lejos, a diez leguas de la casa más cerca. Pero es buena. Acostumbrada a la soledad.
MADRE
¿Y su madre?
VECINA
A su madre la conocí. Hermosa. Le relucía la cara como a un santo; pero a mí no me gustó nunca. No quería a su marido.
MADRE (Fuerte).
Pero ¡cuántas cosas sabéis las gentes!
VECINA
Perdona. No quise ofender; pero es verdad. Ahora, si fue decente o no, nadie lo dijo. De esto no se ha hablado. Ella era orgullosa.
MADRE
¡Siempre igual!
VECINA
Tú me preguntaste.
MADRE
Es que quisiera que ni a la viva ni a la muerta las conociera nadie. Que fueran como dos cardos, que ninguna persona les nombra y pinchan si llega el momento.
VECINA
Tienes razón. Tu hijo vale mucho.
MADRE
Vale. Por eso lo cuido. A mí me habían dicho que la muchacha tuvo novio hace tiempo.
VECINA
Tendría ella quince años. Él se casó ya hace dos años con una prima de ella, por cierto. Nadie se acuerda del noviazgo.
MADRE
¿Cómo te acuerdas tú?
VECINA
¡Me haces unas preguntas!
MADRE
A cada uno le gusta enterarse de lo que le duele. ¿Quién fue el novio?
VECINA
LEONARDO.
MADRE
¿Qué Leonardo?
VECINA
Leonardo el de los Félix.
MADRE (Levantándose).
¡De los Félix!
VECINA
Mujer, ¿qué culpa tiene Leonardo de nada? Él tenía ocho años cuando las cuestiones.
MADRE
Es verdad... Pero oigo eso de Félix y es lo mismo (Entre dientes). Félix que llenárseme de cieno la boca (Escupe). y tengo que escupir, tengo que escupir por no matar.
VECINA
Repórtate; ¿qué sacas con eso?
MADRE
Nada. Pero tú lo comprendes.
VECINA
No te opongas a la felicidad de tu hijo. No le digas nada.
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