Su padre murió cuando el joven Nikolái tenía 15 años de edad. Las profundas creencias religiosas de la madre sin duda debieron influir en la visión del mundo de Gógol, muy condicionada también por su entorno familiar de baja nobleza en un medio rural.

Se trasladó a San Petersburgo en 1828 y allí trabajó en un modestísimo empleo de burócrata de la administración zarista. En 1831, conoció a Aleksandr Pushkin, que le ayudó en su carrera como escritor y se hizo amigo suyo. Más adelante, impartió clases de historia en la Universidad de San Petersburgo de 1834 a 1835. Escribió diversos relatos breves cuya acción transcurre en San Petersburgo, como La Avenida Nevski, el Diario de un Loco, El Capote y La Nariz. Este último sería adaptado como ópera por Dmitri Shostakóvich. Sin embargo, sería su comedia El Inspector, publicada en 1836, la que lo convertiría en un escritor conocido. El tono satírico de la obra, que comparte con otros de sus escritos, generó una cierta controversia, y Gógol emigró a Roma.

Gógol pasó casi cinco años viviendo en Italia y Alemania, y también viajó algo por Suiza y Francia. Fue durante este periodo cuando escribió Almas Muertas, cuya primera parte se publicó en 1842, y la novela histórica Tarás Bulba, protagonizada por el cosaco del mismo nombre y ambientada en el siglo XVI en tierras ucranias entonces rusas y que estaban parcialmente ocupadas por los polacos. Se dice que la idea de la trama de Almas muertas le habría sido sugerida a Gógol por Pushkin. En 1848 Gógol hizo una peregrinación a Jerusalén, impulsado por sus profundas creencias cristianas ortodoxas. Tras volver de Jerusalén, Gógol decidió abandonar la literatura para concentrarse en la religión, bajo la influencia del sacerdote ortodoxo Padre Konstantínovskii. Entonces, Gógol quemó lo que había escrito de la segunda parte de Almas Muertas diez días antes de su muerte el 21 de febrero / 4 de marzo de ese año en Moscú. Algunos fragmentos de esa segunda parte de Almas Muertas sobrevivieron a la quema y han sido publicados.

Falleció en Moscú al borde de la locura y con un gran deterioro físico.


Interpretación


 La vida y la obra literarias de Gógol muestran el debate entre las tendencias prooccidental y eslavófila en la cultura rusa. Los reformistas liberales rusos interpretaron en un principio las historias de Gógol como sátiras de los aspectos negativos de la sociedad rusa. Sin embargo, al final de su vida, estos mismos reformistas lo veían como una figura reaccionaria y patética, perdida en el fanatismo religioso.

Aunque está fuera de toda duda que en Almas Muertas se refleja un ansia de reformar Rusia, no queda claro si las reformas sugeridas habrían de ser de tipo político o moral. La primera parte del libro muestra los errores cometidos por el protagonista, mientras que en la segunda, más confusa, se muestran las enmiendas a esos errores.

El deseo de Gógol de una reforma moral de Rusia se hizo al final de su vida mucho más radical y conservador, como se ve en el fanatismo que impregna en algunas de sus cartas publicadas. Esta radicalización de su pensamiento lo llevó a la decisión de quemar el borrador de la segunda parte de Almas Muertas, a la vez que su salud empeoraba rápidamente.

Gógol sigue la tradición literaria de E.T.A. Hoffmann, con un uso frecuente de lo fantástico. Además, las obras de Gógol muestran un excelente sentido del humor. Esta mezcla de humor con realismo social, elementos fantásticos, y formas de prosa no convencionales son la clave de su popularidad.

Gógol escribió en una época de censura política. Su uso de elementos fantásticos es, como en las fábulas de Esopo, una manera de burlar al censor. Algunos de los mejores escritores soviéticos también recurrieron a la fantasía por razones similares.

Gógol tuvo un impacto enorme y permanente en la literatura rusa. La influencia de Gógol se aprecia en escritores como Yevgeni Zamiatin, Mijaíl Bulgákov o Andréi Siniavsky (Abram Terts).

La obra El Capote hace de base en el argumento de la película El buen nombre de Mira Nair en 2006.


Obras


"El viyi" También traducida al Español como "Vi" 

"Historias de San Petersburgo" (cinco relatos)(1835 - 1842) 

"La Avenida Nevski" 

"El Retrato" 

"Diario de un loco" 

"La Nariz" 

"El Abrigo" también traducida al Español como "El Capote" 

"Veladas de un caserío de Dikanka" (ocho relatos) 

"La feria de Soróchinetz" 

"La noche de San Juan" 

"La noche de mayo o la ahogada" 

"La carta perdida" 

"La Nochebuena" 

"Terrible venganza" 

"Iván Fiódorovich Shponka y su tía" 

"El lugar embrujado" 

"El inspector" 

"Tarás Bulba" 

"Las almas muertas" 

La nueva era 


PRIMERA PARTE 

CAPITULO I

A la puerta del hotel de la pequeña ciudad provincial de N. se acerco un pequeño calesín,

con muelles, como los que emplean los solteros, los oficiales a medio sueldo, los

terratenientes dueñas de unos cien siervos — en fin, todos los que se designan por el

término, señores de la clase media. Sentado en el calesín se veía un caballero, no guapo,

pero tampoco feo, ni muy gordo ni muy delgado; no podia decirse que era viejo, tampoco

se le calificaría de joven. Su llegada al pueblo no despertó el menor interés ni dió lugar a

suceso alguno extraordinario. Sólo dos campesinos rusos, de pie en la puerta de la taberna,

frente al hotel. hicieron algunas observaciones, con referencia mas bien al carruaje e que a

su ocupante:

— ¡Caramba !—dijo uno.— ¡Ese sí que es un señor coche! ¿ Qué te parece, podría ir a

Moscou, llegado el caso, o se quedaría a medio camino?

—Creo que si—contestó el otro.—Pero a Kazán... me parece que no llegaría.

—No, no llegaría a Kazán—asintió el primero.

Con esto terminó la conversación.