Paramos las diligencias y los coches en la carretera, con las máscaras puestas, y matamos a la gente y les quitamos los relojes y el dinero.
–¿A la gente hay que matarla siempre?
–Pues claro. Es lo mejor. Algunas autoridades no están de acuerdo, pero en general se considera que lo mejor es matar a todos… salvo a algunos que se pueden traer aquí ala cueva y tenerlos hasta que queden rescatados.
–¿Rescatados? ¿Qué es eso?
–No lo sé. Pero eso es lo que hacen. Lo he visto en los libros, así que desde luego es lo que tenemos que hacer nosotros.
–Pero, ¿cómo vamos a hacerlo si no sabemos lo que es?
–Bueno, maldita sea, tenemos que hacerlo. ¿No os he dicho que está en los libros? ¿Queréis hacerlo distinto de los libros y que salga todo al revés?
–Bueno, Tom Sawyer, eso está muy bien decirlo, pero, ¿cómo diablos van a quedar rescatados esos tipos si no sabemos cómo se hace? Eso es lo que me gustaría saber a mí. ¿Qué crees tú que es?
–Bueno, no sé. Pero a lo mejor si nos quedamos con ellos hasta que queden rescatados significa que nos tenemos que quedar con ellos hasta que se hayan muerto.
–Bueno, algo es algo, es una respuesta. ¿Por qué no podías haberlo dicho antes? Nos los quedamos hasta que se queden muertos de un rescate, y vaya una pesadez que van a resultar: comiéndolo todo y tratando de escaparse todo el tiempo.
–Qué cosas dices, Ben Rogers. ¿Cómo van a escaparse cuando hay una guardia que los vigila dispuesta a pegarles un tiro si mueven un dedo?
–¡Una guardia! Ésa sí que es buena. O sea que alguien tiene que quedarse sentado toda la noche sin dormir nada, sólo para vigilarlos. Me parece una bobada. ¿Por qué no podemos darles un garrotazo y que se queden rescatados en cuanto los traigamos?
–Porque no es lo que dicen los libros, por eso. Vamos, Ben Rogers, ¿quieres hacer las cosas bien o no? De eso se trata. ¿No crees que la gente que ha escrito los libros sabe lo que está bien hacer? ¿Crees que tú vas a enseñarles algo? Ni mucho menos. No, señor, vamos a rescatarlos como está mandado.
–Bueno. Me da igual; pero de todas maneras digo que es una tontería. Oye, ¿matamos también a las mujeres?
–Mira, Ben Rogers, si yo fuera tan ignorante como tú trataría de disimularlo. ¿Matar a las mujeres? No; nadie habrá visto nada parecido en los libros. Las traes a la cueva y te portas con ellas de lo más fino del mundo, y poco a poco se enamoran de ti y ya no quieren volver a sus casas.
–Bueno, si es así, estoy de acuerdo, pero tampoco me dice mucho. En seguida tendremos la cueva tan llena de mujeres y de tipos esperando al rescate que no quedará sitio para los ladrones. Pero adelante, no tengo nada que decir.
El pequeño Tommy Barnes ya se había dormido, y cuando lo despertaron tenía miedo, se echó a llorar y dijo que quería volver a su casa con su mamá y que ya no quería ser bandido.
Así que todos se rieron mucho de él, y cuando lo llamaron llorón él se enfadó y dijo que iba a contar to-dos los secretos. Pero Tom fue y le dio cinco centavos para que se callase y dijo que todos nos íbamos a casa y nos reuniríamos la semana que viene para robar a alguien y matar a alguna gente.
Ben Rogers dijo que no podía salir mucho, sólo los domingos, así que quería empezar el domingo que viene; pero todos los chicos dijeron que estaría muy mal hacerlo en domingo, y se acabó la discusión. Decidieron reunirse para determinar la fecha en cuanto pudieran y después elegimos a Tom Sawyer primer capitán y a Joe Harper segundo capitán de la banda y nos fuimos a casa.
Subí por el cobertizo a rastras hasta mi ventana justo antes del amanecer. Mi ropa nueva estaba toda llena de manchas de barro, y yo, cansado como un perro.
Capítulo 3
Bueno, por la mañana la vieja señorita Watson me echó una buena bronca por lo de la ropa, pero la viuda no me riñó, sino que limpió las manchas y el barro, y parecía estar tan triste que pensé que si podía, me portaría bien durante un tiempo. Después la señorita Watson me llevó al gabinete a rezar, pero no pasó nada. Me dijo que rezase todos los días y que todo lo que pidiera se me daría. Pero no era verdad. Lo intenté. Una vez conseguí un sedal para pescar, pero sin anzuelos.
1 comment