Cuando les pedí permiso para aliviarle, se adueñaron de mi casa y me prohibieron, bajo pena de perpetuo disfavor, hablar de él, mediar por él o auxiliarle en modo alguno.
EDMOND
Eso es cruel y despiadado.
GLOSTER
Bueno, tú no digas nada. Hay enfrentamiento entre los duques. Y un asunto aún peor. Esta noche he recibido una carta; es peligroso comentarla; la he guardado en mi escritorio. Los agravios que ahora sufre el rey serán vengados por entero: ya ha desembarcado parte de un ejército; debemos ponemos del lado del rey. Voy a buscarle; le ayudaré en secreto. Tú entretén al duque conversando, no vaya a descubrir mi auxilio. Si pregunta por mí, no estoy bien y me he acostado. Aunque me cueste la vida, como me han amenazado, hay que socorrer al rey, mi anciano señor. Se avecinan sucesos singulares, Edmond. Lleva cuidado.
Sale. EDMOND
Al duque he de informar sin dilación de esa bondad prohibida y de la carta. Esto merece un buen premio. Ganaré lo que pierda mi padre, que será su hacienda: cuando caen los viejos, los jóvenes medran.
Sale.
III-4
Entran LEAR, KENT y el BUFÓN. KENT
Éste es el lugar, señor; entrad, mi señor. La tiranía de esta noche no la soporta nuestra naturaleza.
Sigue la tormenta. LEAR
Déjame.
KENT
Mi buen señor, entrad aquí.
LEAR
¿Quieres partirme el corazón?
KENT
Antes me partiría el mío. Entrad, mi señor.
LEAR
Tú das importancia a que esta fiera tormenta nos cale hasta los huesos. Tú lo ves así; mas donde el mal es mayor, el menor no se siente. Tú huirías de un oso, mas si la huida te lleva a la mar brava, tendrías que afrontarlo cara a cara.
Si está libre la mente, el cuerpo es sensible. La tormenta de mi mente no me deja sentir nada, salvo lo que brama dentro, la ingratitud filial. ¿No es como si la boca arrancase la mano que le da alimento?
Castigaré sin piedad. ¡No, no voy a llorar más! ¡Dejarme fuera en una noche así!
¡Venga lluvia, que puedo soportarla!
¡En una noche así! ¡Ah, Regan, Goneril!
¡Al padre anciano y generoso que os lo dio todo! ¡Ah, esto lleva a la locura! Que no caiga en ella. Ya basta.
KENT
Mi buen señor, entrad aquí.
LEAR
Anda, entra tú y protégete. La tormenta me impide meditar sobre otras cosas que me harían más daño. Pero entraré. – Muchacho, entra tú primero. -- ¡Pobreza sin techo! -- Vamos, entra. Rezaré y después me dormiré.
Sale [el BUFÓN]. Pobres míseros desnudos, dondequiera que estéis, expuestos al azote de esta cruel tormenta, ¿cómo os protegerá de un tiempo como éste vuestra cabeza descubierta, vuestro cuerpo sin carnes, los harapos llenos de agujeros? ¡Ah, qué poco me han preocupado! Cúrate, lujo; despójate y siente lo que siente el desvalido, para que pueda caerle lo superfluo y se vea que los dioses son más justos.
EDGAR [dentro]
¡Braza y media! ¡Braza y media! ¡Pobre Tom!
Entra el BUFÔN.
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