En 1922 retomó de nuevo la serie marciana, produciendo “El Ajedrez Viviente de Marte».
De nuevo Burroughs cambia el enfoque, esta vez sobre Tara de Helium, la joven hermana de Carthoris. De nuevo no solo hay aventuras, sino que prodigiosas creaciones de su imaginación marcan el libro. Las mejores creaciones de «El Ajedrez Vivo de Marte» son los rykors y los kaldanes, habitantes de la ciudad de Bantoom. Extrañamente simbióticas, estas dos razas, los rykors semejantes a humanos descabezados, y los kaldanes, nada más que cabezas animadas, se acoplan entre sí, los rykors controlando los cuerpos. Un kaldane puede cambiar de cuerpo cada vez que quiera, siendo hombre un día y mujer al siguiente.
«El Cerebro Supremo de Marte», siguiente título de la serie, apareció en Amazing Stories Annual en 1927 y presenta un nuevo héroe en la persona del capitán del ejército norteamericano Ulysses S. Paxtón, aparentemente muerto en las trincheras de la Primera Guerra Mundial pero transportado milagrosamente en el acto a Marte. Vive su aventura junto con Ras Thavas, un brillante cirujano marciano que ha perfeccionado el transplante quirúrgico de cerebro desde un humano a otro. Valla Dia, una adorable muchacha marciana, es asesinada por Ras Thavas quien fuerza un cambio de cuerpos con la odiosa Reina Xaxa. La acción que comienza así, acaba con el retomo de Valla Dia a su auténtico cuerpo y su matrimonio con Paxton —que recibe el nombre barsoomiano de Vad Varo.
El séptimo libro de la serie, «Un Guerrero de Marte”, es enviado a la Tierra vía una suerte de emisión llamada la Onda Gridley. La narración es algo complicada: Una introducción de Burroughs explica que la historia registrada en el libro llegó a él (vía Onda Gridley) por Ulises S. Paxtón/ Vad Varo. Pero Paxton ha recibido la historia de su propio protagonista central, Tan Hadron de Hastor —una ciudad que disfruta de un cierto grado de autonomía, pero dentro del imperio Heliumita y sujeta a la autoridad de Helium—. «Un Guerrero de Marte», quizá aplique esa forma de ciencia ficción formalmente llamada «romance científico», una historia de gran acción y maravilla donde la ciencia es la base de la situación aunque juega un pequeño papel en el desarrollo de la historia. Tan Hadron viaja a través de dos maravillosas ciudades ocultas, se enfrenta a un loco monarca especializado en torturar bellas doncellas, es sentenciado a una forma de ejecución conocida solo como “La Muerte», atraviesa un bosque habitado por gigantescas arañas… y en general es un placer total para el lector.
En «Espadas de Marte», señalizada en la revista Blue. Book entre 1934 y 1935, Burroughs vuelve a hacer de John Carter su héroe. La novela presenta una sorprendente predicción del control automático de las naves espaciales experimentales por ordenador, incluyendo su tamaño, emplazamiento y funcionamiento, así como las características de programación del piloto automático, todavía no conseguido hoy para guiar a los cohetes que llevaran los primeros instrumentos y los primeros hombres a otros planetas. Qué sorpresa si uno de ellos llegara a Marte y encontrara allí Barsoom…
En «Espadas de Marte» la nave espacial es utilizada para llevar a Carter y a varios marcianos desde la ciudad de Zodanga, en Marte, hasta la luna Thuria (Phobos). Aquí Carter encuentra más extraños pueblos y bestias antes de volver a Barsoom.
«Los Hombres Sintéticos de Marte» (1939) es la novela final de la serie, y presenta a un nuevo héroe, Vor Daj, que pide a Ras Thavas que salga de su retiro para efectuar nuevos experimentos. El problema aparece cuando Ras Thavas. como un doctor Frankestein, crea vida artificial. Tiene éxito, pero produce sólo monstruos que se rebelan y amenazan con tomar todo el planeta.
Sin ser la más imaginativa ni la mejor escrita de la serie marciana, «Los Hombres Sintéticos» es, no obstante, una historia lo suficientemente interesante y sobradamente cargada de conflictos y acción para hacer de su lectura un gran momento.
El décimo volumen «Llana de Gathol” no es una novela, sino una colección de cuatro novelettes interconectadas. Todas son excelentes aunque quizás la mejor sea la publicada originalmente como «La Ciudad de las Momias» y titulada en «Llana», “La Vieja Muerte». En ella, un grupo de antiguos marcianos son descubiertos preservados durante milenios en un trance como estatuas. Despertados, encuentran su mundo desaparecido, su ciudad muerta. Es una escena muy melancólica y marca el más alto punto en un libro excelente.
Finalmente, por supuesto, se encuentra el presente volumen «John Carter de Marte».
En la revista, hace décadas, aparecían una serie de notas a pie de páginas firmadas «Ed.”. No sabemos aun hoy si este “Ed.» era Raymond A. Palmer, editor de Amazing Stories, o Edgar Rice Burroughs que a veces se describía a sí mismo como meramente el editor de John Carter y sus auténticas aventuras y no como su autor.
Estas notas vuelven a aparecer en la presente edición y el lector es libre para formarse su propia opinión sobre su autenticidad.
Para el lector que lee ciencia ficción como si degustara un caramelo, recién salido de su clase de física y química, así como al lector más serio, que lee extrapolaciones sociológicas, las novelas marcianas de Burroughs les resultarán muy insatisfactorias.
Pero para el lector que busca magníficas aventuras con la finalidad de dejar volar su imaginación por exóticos lugares, estos libros, sin duda, representan lo mejor en este campo.
RICHARD A. LUPOFF New York City Jasoom Junio de 1964
LIBRO 1
JOHN CARTER Y EL GIGANTE DE MARTE
I
RAPTO
Las lunas de Marte iluminaban al gigantesco thoat marciano mientras corría silenciosamente sobre la blanda tierra musgosa. Ocho poderosas patas llevaban a la criatura hacia adelante entre largas y ágiles zancadas.
El paso de la poderosa bestia era guiado telepáticamente por las dos personas que rebotaban sobre una enorme silla de montar enchichada sobre el extenso lomo del thoat.
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