Observemos que el verso no lleva puntos suspensivos. Sería más bien, según las circunstancias.

[609] Oriétur: despertar del día; «et orietur vobis timentibus nomen meum sol justitiae, et sanitas in ponnis ejes» [y se alzará para los que teméis mi nombre, un sol de justicia, con la salud en sus alas] (Malaquías IV, 2). No se trata pues, de una hipotética alusión religiosa; toda la estrofa comenta el versículo de Malaquías, pero dándole la vuelta al sentido: donde todo era signo de esperanza, ya no la hay. Un ejemplo más del conocimiento que de los asuntos religiosos tenía Rimbaud ––y de cómo, en muchas ocasiones, escribe a la contra de las verdades aprendidas, lo que implica un profundo alcance religioso de su obra.

[610] Poema en el que las diferentes voces que frecuentan la poesía de Rimbaud se manifiestan de manera evidente. Su dimensión enigmática no nos permite darle un referente claro a esa Edad de Oro.

[611] Vertement significa ‘con tono desenfadado y descarado’. Hemos intentado dar este tono al verso mediante el uso popular del verbo se despacha. Nuestra traducción pierde, sin embargo, el juego de palabras: vertement nos remite también al verde, al verdor de la vegetación (raíz metafórica del primer significado) y enlaza, entonces, con la segunda estrofa, en la que las preguntas se ramifican.

[612] Estos puntos suspensivos y este «etc.» marcan, a nuestro entender, un desinterés o un tomarse a chirigota el poema: el poema podría continuar así de manera indefinida, como un molinillo de oraciones budista. No estamos demasiado seguros de que bajo esa flora y esa linfa se esconda una alusión a los parnasianos (su familia poética), tan dados a las aguas y a las flores.

[613] Más que de una posible alusión a un amigo con acento alemán (o alsaciano), como piensa parte de la crítica, podría tratarse de una alusión a la poesía alemana (viento y fuego). De ser así, confirmaría la alusión a los parnasianos que encierra la ‘primera’ voz.

[614] Pero, cuando tiene que cantar él, va... y se calla.

[615] Poema del junio de 1872, publicado en junio de 1886, en La Vogue. Haría alusión a la vida en pareja de Rimbaud y de Verlaine ––una pareja desastrosa desde el punto de vista doméstico––, amenazada siempre por la vigilancia (o el recuerdo) de la esposa del segundo (duende, genio, rata...) y poblada por misteriosos espíritus cuyo referente es de dudosa atribución. Sólo la contribución de la luna, trayendo el olvido momentáneo y la invocación a los espectros santos podría liberarlos. La rima, una vez más, se disuelve entre las rimas más o menos consonantes y asonancias vocálicas y consonánticas. A veces, simplemente, no existe.

[616] De color azul oscuro.

[617] Planta trepadora. Es posible que Rimbaud la emplee como símbolo de la fidelidad matrimonial (como en Memoria), al ser la flor de la especie más común de color amarillo.

[618] Tan enigmática es la presencia del hada africana como los ingredientes que suministra. A no ser que la mora (blanca aquí) se refiera a la pequeña esfera granulada que conforman los huevos de la araña, en un rincón de la telaraña ––suponiendo que las redecillas de los rincones sean las telas de araña de la desidia doméstica... El hada africana sería, entonces, la pereza congénita de los dos amantes... Y las vírgulas sospechosas que hay en las paredes (según un poema de Verlaine), la marca evidente de su coprofilia.

[619] Poema que les causa grandes problemas a los críticos obsesionados por las fechas: si hubiera sido escrito en julio de 1872 (como piensan algunos) no plantearía problemas. Si hubiera sido escrito en 1873 (como piensa Goffin, llevado por el contexto que, como veremos, alude a un después del encarcelamiento de Verlaine), el poema plantearía un problema de primera magnitud: Rimbaud seguiría escribiendo poemas de forma regular, después de haber abandonado el verso, para escribir las Iluminaciones; con lo que su abandono de la versificación no sería ni tan radical ni tan testimonial, como se pretende. Creemos que todo esto son tonterías de crítico: ¡como si los poetas sistematizaran el devenir de sus ganas de escribir, con vistas a una organización perfecta de la Historia Literaria!

[620] Rimbaud escribe en su manuscrito, Boulevart, con t ––pero sólo en este momento del texto. En el centro del poema lo escribe correctamente; unos piensan que se trata de una falta de ortografía; otros que quiere imitar la pronunciación de un amigo. Nosotros pensamos que quiere imitar el modo local de designar dicha calle ––pronunciando la consonante final y dándole un matiz sordo y duro. Cuando ya habla por su boca, en el transcurso del poema, lo escribe de manera regular. En el poema, el juego siempre está presente.

[621] ¿Palacio Real, palacio de las Academias? En cualquier caso, simbólicamente, palacio de Júpiter (dios de los dioses); y esta dimensión es la que da sentido ––y tono irónico–– al poema.

[622] ¿Dios ––en sentido abstracto–– o Júpiter? ¡Qué más da! El alcance del poema sigue siendo el mismo: una alusión transcendente desmitificada por la ironía... Como lo es el Azur, que aquí se ha quedado en simple Bleu (azul), aunque aparezca con mayúscula.

[623] ¿Verlaine encarcelado?

[624] La expresión «fesses des rosier» es un localismo de las Ardenas que sirve para designar las varas largas y arqueadas de los rosales; al mismo tiempo, fesse nos remite directamente a nalga, que es lo que significa, en primer lugar; no sé si en español los rosales pueden tener nalgas; en cualquier caso, podemos imaginamos que, con sus varas largas y pujantes, si tienen vergas.

[625] Por la terminación femenina eta, tan propia de los nombres de mujer franceses; pero también por referirse a dos nombres ilustres del teatro occidental: la Julieta de Shakespeare, en sus balcones; la Enriqueta de las Mujeres sabias, de Molière. Ahora bien, nada coherente se nos dice sobre ellas en el texto. Tampoco es necesario, a la vista de la evolución del poema.

[626] De ferrocarril.

[627] Extrañas y burlescas combinaciones de la rima.

[628] El texto francés dice «salle à manger» (comedor); tal vez de un colegio, piensa la crítica, pues existía por allí, en aquella época, un internado; pero nadie explica el adjetivo guayanesa.

[629] También estaba en esta calle el palacio del príncipe de Aremberg. Como observaremos, la visión rimbaldiana se convertiría así en simple capacidad de ver y de recordar ––de manera un poco caótica.

[630] En esta alusión al drama y a la comedia encuentran justificada los críticos la presencia de Julieta y Enriqueta.

[631] Poema de julio de 1872 (lo que implica que el anterior es del mismo año, por el contexto y por el tono). Como el anterior, nos va mostrando una mirada en continuo éxtasis, si bien la conciencia no acompaña de manera siempre lúcida dicha mirada.

[632] Una almea es una danzarina hindú. Pero, ¿quién se aparece como una danzarina hindú al poeta por las calles de Bruselas? No olvidemos que el admirado (y grandísimo) V. Hugo, al describir un rayo de sol que juega en reflejos por una vidriera flamenca, lo compara con una bailarina española. Aquí parece que lo que juega es un rayo de luna.

[633] Las máscaras y las fiestas nocturnas nos indican que el referente del poema podría ser un baile de disfraces en la gran plaza de la ciudad.