Realmente ahora que la Cámara de los Comunes está intentando ser útil está haciendo mucho mal.

SIR ROBERT CHILTERN. ––Espero que no, lady Markby. Al menos hacemos lo posible por malgastar el tiempo del público. Pero ¿quién es esa persona tan encantadora que usted ha sido tan amable de traernos?

LADY MARYBY-¡Su nombre es mistress Cheveley! Una de las Cheveleys de Dorsetshire, supongo. Pero real­mente no lo sé. ¡Las familias están tan mezcladas hoy día! Realmente cualquier persona es ahora alguien.

SIR ROBERT CHILTERN. ––¿Mistress Cheveley? Me pa­rece que conozco su nombre.

LADY MARKBY. ––Acaba de llegar de Viena.

SIR ROBERT CHILTERN. ––¡Ah, sí! Ahora creo que sé quién es.

LADY MARKBY. ––¡Oh! Va a todas partes y cuenta unos escándalos encantadores sobre todos sus amigos. Real­mente debo ir a Viena el invierno próximo. Espero que habrá un buen cocinero en la embajada.

SIR ROBERT CHILTERN. ––Y si no lo hay, habrá que destituir al embajador. Le ruego que me presente a mistress Cheveley. Me gustaría conocerla.

LADY MARKBY. ––(A místress Cheveley.) ¡Querida, sir Robert Chiltern se muere por conocerla!

SIR ROBERT CHILTERN. ––(Inclinándose.) Todo el mundo se muere por conocer a la brillante mistress Cheveley. Nuestros agregados en Viena nos escriben mucho hablándonos de usted.

MISTRESS CHEVELEY. ––Gracias, sir Robert. Un en­cuentro que empieza con un cumplido seguro que ter­minará en una gran amistad. Yo ya conocía a lady Chiltern.

SIR ROBERT CHILTERN. ––¿De veras?

MISTRESS CHEVELEY-Sí. Ella me ha recordado que estuvimos juntas en la escuela. Ahora lo recuerdo perfec­tamente. Ella siempre obtenía el premio de buena con­ducta. ¡Recuerdo que siempre se lo llevaba ella!

SIR ROBERT CHILTERN. ––(Sonriendo.) ¿Y qué premios se llevaba usted, mistress Cheveley?

MISTRESS CHEVELEY. ––Mis premios vinieron más tar­de en mi vida. No creo que obtuviera ninguno de buena conducta. ¡Lo he olvidado!

SIR ROBERT CHILTERN. ¡Estoy seguro de que serían por algo encantador!

MISTRESS CHEVELEY. ––No sé que nunca hayan re­compensado a las mujeres por ser encantadoras.