––No la había visto desde hace años, eso es todo.
MABEL CHILTERN. ––¡Qué absurda razón!
LORD GORING. ––Todas las razones son absurdas.
MABEL CHILTERN. ––¿Qué clase de mujer es?
LORD GORING. ––¡Oh! ¡Un genio por el día y una belleza por la noche!
MABEL CHILTERN. Ya me disgusta.
LORD GORING. Eso muestra su admirable buen gusto.
VIZCONDE DE NANJAC. ––(Acercándose.) ¡Ah! Las jóvenes inglesas son el dragón del gusto, ¿verdad? Lo son por completo.
LORD GORING. ––Eso nos dicen siempre los periódicos.
VIZCONDE DE NANJAC. ––Yo leo todos los periódicos ingleses. Los encuentro muy divertidos.
LORD GORING. ––Entonces, mi querido Nanjac, ciertamente debe de leerlos entre líneas.
VIZCONDE DE NANJAC. ––Me gustaría, pero mi profesor se opone. (A Mabel Chiltern.) ¿Puedo tener el placer de acompañarla al salón de música, «mademoiselle»?
MABEL CHILTERN. ––(Disgustada.) ¡Encantada, vizconde, encantada! (Volvíéndose a lord Goring.) ¿No viene usted al salón de música?
LORD GORING. ––No, si es que están tocando, miss Mabel.
MABEL CHILTERN. ––(En tono severo.) La música es en alemán. No la entendería usted. (Sale con el vizconde de NANJAC. Lord Caversham se acerca a su hijo.)
LORD CAVERSHAM. ––¡Bueno, amigo! ¿Qué haces aquí? ¡Pasando el tiempo, como de costumbre! Deberías estar en la cama, amiguito. ¡Te acuestas demasiado tarde! ¡Me han dicho que la otra noche estuviste bailando en casa de lady Rufford hasta las cuatro de la madrugada!
LORD GORING. ––Sólo hasta las cuatro menos cuarto, papá.
LORD CAVERSHAM. ––No sé cómo puedes aguantar a la sociedad londinense. Es algo como para echárselo a los perros. Un montón de endemoniadas nulidades que hablan de naderías.
LORD GORING. ––Me gusta hablar de naderías, papá. Es la única cosa sobre la que sé algo.
LORD CAVERSHAM. ––Me parece que vives enteramente para el placer.
LORD GORING. ––¿Para qué otra cosa se puede vivir, papá? Nada envejece tanto como la felicidad.
LORD CAVERSHAM. ––No tienes corazón, amigo, no tienes corazón.
LORD GORING. ––No creo eso, papá. ¡Buenas noches, lady Basildon!
LADY BASILDON.
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